Congreso del Perpetuo Socorro

"Este fin de semana, laicos y religiosos compartimos y participamos en el Congreso de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro, en la ciudad de Resistencia. Una celebración de la Redención desde la contemplación y la mirada puesta en nuestra Madre.

Así como los iconos embellecen la espiritualidad, el icono del Perpetuo Socorro embellece de una manera singular el carisma y espiritualidad redentorista y el de toda la Iglesia. Es así como dando a conocer a nuestra Madre, damos a conocer la belleza de Dios.

Al mirar a nuestra Madre, creemos en la redención divina que se derramó abundantemente para todos. En el hijo de María encontramos el sí de Dios a la humanidad.

Cuando relacionamos el icono con el Perpetuo Socorro tenemos una convicción: el icono se escribe, es una ventana, es el evangelio explicado en imágenes donde se expresa la verdadera identidad de Jesús. Las escrituras nos ayudan a leer el icono.

Vincular las mujeres del Antiguo Testamento con el icono fue descubrir en ellas y María que se cumplen las promesas de Dios, que son bendecidas, hospitalarias, salvan, cuidan y acompañan la vida, tienen la capacidad del amor de saber salvar y rescatar al otro, es estar atentas, es saber mirar los signos de la muerte del hijo y mantenerse de pie, es fidelidad con la fe de los apasionados y valientes. Es ser solidarias más allá de los riesgos, es confianza en la providencia. Es ser medianera de la redención. Es ser verdadera fuerza, discernimiento y decisión. Es guiar al pueblo para que encuentre la salvación. Es hacerse cargo de su pueblo, eligiendo arriesgar su propia vida para salvar a la gente. Es saber ofrecer a su hijo. Es orar profundamente desde su corazón y reconocerse servidora de Dios para salvar a su pueblo. Es sabiduría del creyente que nos lleva al camino auténtico, que es el del Salvador.

María es la mujer atenta, solidaria, generosa. María es siempre con los ojos abiertos y corazón atento. No se asusta ante el sacrificio cuando hay que estar, acompañar, cuidar.

María es signo y expresión de la misericordia, por eso, el misterio de la redención, en clave de misericordia, llega a través de la mirada de María. Hay una sintonía entre la espiritualidad redentorista y el icono. Contemplar el icono es descubrir que somos nosotros los que estamos siendo contemplados con misericordia.
Para Alfonso, lo que mueve es el amor de misericordia de Dios hacia la humanidad. Sabemos que María, nuestra Madre, es central para Alfonso.

En la predicación redentorista está presente la copiosa redención que hace que expresemos la redención con gestos de amor, de benignidad. Y esto no se comprende sino desde la mediación de María.

María, con su mirada, nos reconcilia. Esta mirada misericordiosa se expresa como sanación, como curación. María es el rostro y la alegría de la misericordia.

San Alfonso, en su libro Las glorias de María, ensalza a María como Madre de misericordia. En la tradición redentorista María es reflejo de la misericordia. Misericordia que, frente a la cruz del hombre, cura el dolor. Para él, todas las gracias pasan por María. Ella es canal de misericordia.

Y nosotros creemos esto, por eso nos abandonamos en Dios. Él tiene misericordia de cada uno.

El corazón de María y el de Jesús laten juntos, se compadecen juntos. Y nos llega el consuelo, el alivio, el descanso. En el sufrimiento es la mano de María la que nos sostiene fuertemente.

La mirada de María nos transforma. Por eso somos canales de misericordia. Y no es sólo experiencia personal, sino de la comunidad Iglesia.

Somos signos y mediación de la misericordia porque María es Madre y Modelo.

Gracias, Padre bueno, por darnos a tu Madre, bajo la advocación del Perpetuo Socorro. Que cada día renovemos nuestro sí a Vos y, en Vos, la certeza de estar cobijados bajo el manto de María.

¡Feliz y bendecida semana para todos!"

Cintia

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