Adviento, tiempo de espera

Primer domingo de Adviento
¡Despiértense! Estar prevenidos

. Como recordaremos, el Adviento tiene dos partes, una primera, que comienza este domingo, orientada hacia el retorno final de Cristo, la venida de "el Hijo del Hombre"; y una segunda, orientada hacia la celebración del nacimiento de Jesús en medio nuestro.

. Otra lectura: Para los cristianos, confiados en las promesas que manifiesta la primera lectura de hoy, el "regreso del Hijo del hombre", la parusía, el retorno glorioso de Cristo, "el fin de la historia" (no porque se termine, sino porque se transformará totalmente este mundo, todo será transparente y lleno de la gloria de Dios), no es nunca motivo de temor, sino de alegría esperanzada. Por eso, no andamos "asustando" a los demás con la venida del Señor, sino que la proclamamos como salvación definitiva.

. Un anhelo, una búsqueda, siempre en tensión hacia el futuro: En lo cotidiano, el cristiano vive con ansia la llegada del Señor. Por eso, el deseo del encuentro con Cristo no apaga, sino que potencia el servicio en el presente, el compromiso con la construcción del Reino cada día. Es un testimonio de que la vida cristiana implica un comportamiento moral, una actitud ante Dios y los demás, pero es mucho más que eso, es un grito de esperanza, un anhelo de trascendencia que sólo se apagará en el encuentro con el Señor.

. ¿Qué actitudes nos pide el Señor? No dejarnos sorprender, es decir, estar atentos, porque el Señor viene en las situaciones de la vida, en los hermanos, en la historia; y nos pide una respuesta generosa y disponible. Estar prevenidos y atentos, porque Él se hace presente de muchas maneras y no debemos "dormirnos".

. Isaías nos regala una imagen de este "sueño" de Dios que espera realizarse. Muchos pueblos, personas, naciones vienen al encuentro del Señor. Quieren conocerlo, amarlo, escucharlo. El tiempo de la manifestación de la gloria, de la transparencia de su presencia, será también un tiempo de convocatoria, encuentro y fiesta.

P. Charlie Furmento